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A todos los bailarines, a las largas sesiones de entrenamiento, las agujetas, las lesiones, los ensayos...
A todos los bailarines, los que cuando escuchan música instintivamente se mueven sin poder evitarlo. Sin pensarlo. Pero sintiéndolo.
A todos los bailarines, que cada cosa que hacen, que dicen, que sueñan,... la hacen, dicen, sueñan... bailando.
A todos los bailarines, que bailan el pulso de su corazón, la melodía de su alma.
¡FELICIDADES!